Se han descrito 5 categorías principales de fármacos venoactivos (VAD). Los suplementos dietéticos, a comparación de los VAD no han demostrado ser eficaces ni poseen autorización para su comercialización. No todas sus acciones han sido entendidas, su actuar en el medio de macro y micro circulación se debe a los cambios en la pared venosa que ejercen y en las válvulas venosas que conducen al desarrollo de Hipertensión Venosa (HV).
La mayor parte de los principales tipos de VAD ha demostrado aumentar el tono venoso, actúando en la modulación de la señalización noradrenérgica, reduciendo el metabolismo de la norepinefrina por agonismo de los receptores venosos a1-adrenérgicos. La mayoría de los VAD han demostrado tener efectos anti-inflamatorios. El grupo de los flavonoides son conocidos por tener potentes propiedades antioxidantes que han sido investigadas en varias áreas terapéuticas.el grupo de FFPM y los rutósidos han demostrado poderosas propiedades de captura de radicales libres.
Experimentos como el de Bergan et al. han ilustrado como los procesos inflamatorios pueden ser fundamentales en muchos de los efectos nocivos de la HV, y también han mostrado que algunos VAD como la FFPM tienen, por lo menos, el potencial para prevenir el desarrollo y la progresión de las EVC y sus diferentes manifestaciones
Un reciente estudio a resaltado la importancia de los mecanismos inflamatorios, que implican interacciones neutrofilo-endoteliales incluyendo activación, adherencia, unión, migración y emisión de especies reactivas de oxígeno, para ocasionar hiperpermeabilidad.
El factor de crecimientgo endotelial vascular (VEGF) es conocido por jugar un papel clave como regulador de la permeabilidad capilar. Los niveles de VEGF en plasma son elevados en pacientes con EVC, especialmente aquellos con cambios en la piel. El tratamiento con FFPM reduce significativamente el VEGF en plasma en pacientes con cambios en la piel, y el VEGF en plasma ha sido propuesto como marcador de la terapia con FFPM.
La inflamción crónica que resulta de la HV mantenida se cree que también es importante en los cambios en la piel asociados con la EVC. El estrés oxidativo mantenido, debido principalmente a la formación de especies reactivas de oxígeno desde los neutrófilos y los macrógfagos, junto con el resultante fiblasto senil, es considerado importante en la formación eventual de úlceras venosas activas en las piernas y su persistencia crónica.
Ahora se sabe que las pequeñas venas superficiales de las extremidades inferiores humanas contienen abundantes válvulas venosas bicúspides típicas, la mayor parte en vasos con menos de 100mcm de diámetro y presentes, incluso, en pequeños vasos de 18mcm. un estudio reciente ha demostrado que la insuficiencia puede darse en válvulas de las pequeñas venas superficiales humanas independientemente del reflujo dentro de la vena grande safena y los mayores afluentes. Lo que es más importante, los cambios degenerativos y la insuficiencia en esas válvulas de las microvenas pueden permitir el reflujo en el sistema microvenoso de la piel, lo cual puede ser crítico en el desarrollo de graves cambios en la piel en la EVC.
La capacidad de los VAD para reducir la inflamación y el estrés oxidativo podría proteger a las válvulas de las pequeñas venas y prevenir el reflujo. También actúan a nivl de prevención de la adversa remodelación del tejido cutáneo que, en última instancia, puede llevar al desarrollo de úlceras activas en la EVC.
Los síntiomas típicos en la pierna de las EVC son comunes en aquellos incluso con formas menos graves de EVC. El exacto mecanismo por el que la EVC, particularmente en las primeras fases, lleva hasta el dolor y otros síntomas venosos típicos aún no ha sido entendido, pero estudios recientes sugieren que la inflamación juega un papel principal.
Se sabe que la función linfática está comprometida especialmente en pacientes en los estadios más avanzados de EVC, y se ha demostrado que mejora en pacientes con venas varicosas tras la reducción del reflujo venoso por ablación de la vena safena. Muchos VAD, que incluyen a-benzopironas (cumarina) ya sea solos o compbinados con rutina, FFPM y dobesilato de calcio han demostrado, todos ellos, mejorar el drenaje linfático en modelos animales.
Los cambios hemoreológicos, incluído el aumento de viscosidad de la sangre y la agregación de eritrocitos, son comunes en las EVC. Varios VA han demostrado reducir la viscosidad de la sangre /o la agregación eriotrocitaria, incluyendo la FFPM, la troxerubina y el dobesilato de calcio.
Los VAD pueden ser indicados como primera línea de tratamiento para los síntomas relacionados con la EVC y el edema en pacientes en cualquier estadio de la enfermedad. En los estadios más avanzados de la enfermedad, los VAD pueden ser usados en concomitancia con la cirugía, tratamientos endovenosos incluída la escleroterapia, la ablación termal, y/o la terapia de compresión; pueden acentuar los efectos de la compresión. No es adecuado combinar varios VAD en la misma prescripción.
BIBLIOGRAFÍA
- CAPÍTULO 38. FÁRMACOS VENOACTIVOS. A. Nicolaides el al.- Páginas 126-139-separata de TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS VENOSOS CRÓNICOS DE LAS EXTREMIDADES INFERIORES.2014.
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