La búsqueda del disparador exacto del dolor pélvico puede ser decepcionante, pues el vínculo causal resulta difícil de establecer y no siempre se dispone de un tratamiento específico, además, puede persistir tras la extirpación de la lesión dolorosa y, en otro caso, puede desaparecer tras una laparoscopía negativa.
La cronicidad del dolor de manera general puede ser definida como la presencia de éste por más de 6 meses, pudiendo tener una repercusión cognitiva, conductual o social importante. Esta definición destaca que, junto con el estudio diagnóstico dirigido a la búsqueda de la causa, es necesario tener en cuenta también las repercusiones y discapacidad que provoca.
La exploración se debe realizar siguiendo tres puntos importantes: búsqueda de una lesión desencadenante, detección de una alteración de la transmisión nociceptiva y determinación de las consecuencias psíquicas, conductuales o sociales. La exploración física durante un período doloroso puede ser benéfico para la integración diagnóstica y debe ser dirigida no sólo al aparato genital, sino también al digestivo y al urinario, a la pared abdominal, a la estructura ósea, al periné, a la vulva y al suelo muscular, y el principal objetivo consiste en revelar un dolor provocado.
Algunas causas que pueden ocasionar el dolor pélvico son: infecciones genitales, miomas uterinos, endometriosism distrofia ovárica, adenomiosis, neoplasias, color irritable, adherencias, trastornos menstruales, entre muchas otras, teniendo (en caso de que el factor desencadenante sea identificable) terapéuticas específicas y tratamientos multidisciplinarios.
BIBLIOGRAFÍA
- ALGIA PÉLVICA FEMENINA. Dr. Antonio de Jesús de León Cruz. Prescripción Médica año 38 Núm 455 Septiembre 2015. Pág 12.
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