El nuevo ojo se ha conectado de forma normal al cerebro
La tecnología promete curar muchas enfermedades, o padecimientos que se creían incurables, en el futuro cercano. En el caso de la ceguera, la cura podría estar bastante más cerca de lo que creemos, gracias a las investigaciones que un grupo de científicos está realizando con las células madre extraídas de los huevos de los sapos.
El equipo de trabajo que ha llevado adelante las investigaciones sobre la creación de ojos en batracios, pertenece a la Upstate Medical University de Syracuse (SUNY), en Nueva York. El Investigador Michael Zuber y sus colegas publicaron un paper en el que se explica como, mediante la manipulación de células madre obtenidas de los huevos de las ranas o sapos, han logrado hacer crecer ojos completos, tal como ocurre naturalmente en el desarrollo del renacuajo, pero en ejemplares adultos.
¿Esta técnica de trabajo funcionara sobre los mamíferos superiores?
Los científicos han modificado genéticamente las células destinadas a convertirse en ojos, mediante la inserción de aquellos factores de trascripción (las proteínas que desencadenan la expresión de otros genes) que se sabe desde hace tiempo que regulan su crecimiento y el desarrollo. Estas células alteradas se implantaron luego en renacuajos a los que les faltaba un ojo. Transcurrido un tiempo, la división celular hizo posible su desarrollo, con los siete tipos de células especializadas que dan lugar a la compleja estructura de ese órgano, retina incluida. Además, el nuevo ojo se ha conectado de forma normal al cerebro, y el renacuajo es capaz de ver.
Los investigadores diseñaron un experimento en el que los renacuajos podían nadar con libertad en un estanque. Este tenía una mitad a oscuras y la otra iluminada. Aquellos renacuajos que no habían sido tratados (es decir, estaban completamente ciegos) nadaban por todo el estanque. Por el contrario, los que habían desarrollado un ojo a partir de las células madre modificadas, solo lo hacían en la región iluminada.
Por supuesto, desde el punto de vista genético, un sapo o una rana es un ser mucho más sencillo que un humano, así que la pregunta clave es: ¿Esta técnica de trabajo funcionara sobre los mamíferos superiores? La respuesta es “tal vez”. Si bien las ranas y otros batracios tienen en sus genes características como la regeneración espontánea de patas y colas amputadas, el profesor Zuber cree que es posible que la correcta manipulación de células madre humanas arroje los mismos resultados. En el peor de los casos, aunque no lográsemos por ahora crear un ojo completo y funcional, quizás podamos ayudar a las personas que tienen alguna clase de trastorno en sus retinas, regenerando sus tejidos.
Ojos a partir de las células madre modificadas
Este es un campo de investigación apasionante. En un trabajo realizado por Sujeong Jang y sus colegas de la Chonnam National University, en Corea del Sur, se logró restaurar la audición en conejillos sordos, también mediante la implantación de células madre neuronales obtenidas a partir de la médula ósea de huesos humanos.
Como siempre decimos, es posible que pasen algunos años y se planteen interesantes debates éticos antes que este tipo de avance científico se transforme en una solución concreta capaz de mejorar la vida de quienes por algún motivo han perdido la capacidad de ver. Pero es innegable que se debe trabajar incansablemente en esta dirección, de forma que esta tecnología madure y cumpla con las expectativas que ha despertado.
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