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martes, 25 de agosto de 2009
Científicos de Sidrón recuperan un gen asociado a la percepción del gusto
De los cuatro sabores básicos que existen: amargo, salado, agrio y dulce, uno al menos -el gusto amargo- no era percibido por algunos neandertales, igual que sucede con un tercio de los humanos actuales.
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publican hoy en la revista de la Royal Society de Londres, «Biology Letters», un nuevo trabajo del equipo de Sidrón, donde se expone la recuperación de un gen que en los humanos modernos está implicado en la percepción del gusto amargo. La investigación fue realizada a partir de un fragmento de fémur de un individuo de Sidrón, el mismo del que también se conoce su grupo sanguíneo.
Los estudios indican que, concretamente, este neandertal podía notar el gusto amargo, pero menos efectivamente que otras personas. También se constató que entre los neandertales ya existía la variante implicada en la no percepción del sabor amargo, lo que indica que algunos eran incapaces de percibirlo, algo que para los expertos constituye un «misterio evolutivo».
Lo entienden así porque el sabor amargo está presente en muchos vegetales que pueden ser tóxicos si se ingieren en grandes cantidades. Por eso a Carles Lalueza, genetista, le cuesta comprender «la existencia evolutiva de individuos que no pueden notarlo. Deberían haber desaparecido y no ha sido así». El investigador cree que la única forma de explicarlo es pensando en algún efecto selectivo que confiriera a los «no gustadores» alguna ventaja como, por ejemplo, poder detectar algún otro compuesto todavía no identificado.
La variación en la percepción del sabor amargo se descubrió en 1931 cuando un químico sintetizaba un compuesto llamado feniltiocarbamida (PTC) y éste se volatilizó casualmente en el laboratorio. Uno de sus colegas percibió lo amargo que era, pero el químico no notó nada. Estudios posteriores demostraron que un 30 por ciento de los humanos no aprecia el sabor amargo.
Recientemente, se pudo conocer que el responsable de la variación es el gen TASR38, que codifica una proteína que se encuentra en las papilas gustativas. En el gen hay tres variantes que explican el genotipo gustador-no gustador, pero una de ellas, en el aminoácido 49, es la que tiene mayor influencia en este rasgo. Los individuos que presentan una alanina (una clase de aminoácido) en las dos copias del gen siempre son «no gustadores» y los que la presentan en una de las copias, como el hallado en Sidrón, pueden percibir el sabor, pero menos.
Lalueza afirma que desde el punto de vista evolutivo este sistema mantiene esa evolución en los humanos modernos. «Un sistema capaz de mantener esa variación durante centenares de miles de años se conoce en genética como "selección balanceada", que actúa manteniendo variantes de un mismo gen dentro de una población».
Este trabajo, firmado por los investigadores Carles Lalueza, Elena Gigli, Marco de la Rasilla, Javier Fortea y Antonio Rosas, viene a sumarse a la línea de investigaciones que sobre la especie neandertal están posibilitando los más de 1.600 restos óseos, de al menos diez individuos, localizados en la cueva piloñesa de Sidrón.
Hace escasas fechas el genoma mitocondrial de un individuo de esta cueva permitió conocer que el antepasado común materno de todos los genomas mitocondriales neandertales, la llamada «Eva mitocondrial» neandertal, vivió hace sólo 110.000 años, por lo que sería más reciente que la de los humanos modernos, que los investigadores sitúan en África hace 150.000 años. Otra muestra de Sidrón sirvió para recuperar un gen de la pigmentación que permitió determinar que algunos neandertales eran pelirrojos.
Las excavaciones continuarán en la cueva en el mes de septiembre.
Fuente:LaNuevaEspaña
Por:M. S. MARQUÉS
Etiquetas:
Ciencia,
gen TASR38,
Noticias,
selección balanceada
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