"La práctica médica no entraña solamente tejer, entretejer y tener activas las manos, sino que debe inspirarse en el alma, estar plena de conocimiento y tener como componente preciado la observación aguda y minuciosa; todo ello, junto con los conocimientos científicos exactos, son los requisitos para que la práctica médica sea eficiente."
Moisés ben Maimón (1135-1204)

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sábado, 12 de septiembre de 2009

Por genética son obesos en México

El índice de pacientes con problemas cardiovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión, dislipidemia, algunos tipos de cáncer y síndrome metabólico podría aumentar en nuestro país de no controlase uno de los principales factores de riesgo: la obesidad y el sobrepeso, los cuales afectan al 66.7 y 71.9 por ciento de hombres y mujeres, respectivamente, cifras que colocan a México en el segundo lugar mundial en prevalencia.

La obesidad es una enfermedad compleja y heterogénea con un fuerte componente genético, cuya expresión está influida por factores ambientales, sociales, culturales y económicos, entre otros.

Para entender mejor el fenómeno de la obesidad en los mexicanos, la doctora Lorena Orozco, del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen), se dio a la tarea de buscar en un grupo de 25 genes aquellas variaciones que pudieran predisponer al desarrollo de este mal. Como resultado, encontró un “haplotipo” (conjunto de polimorfismos que se heredan juntos) en el gen ADRB2, el cual incrementa hasta nueve veces la propensión a desarrollar la enfermedad.

“Hemos encontrado secuencias de una variación particular de este gen muy frecuentes en pacientes obesos mexicanos. Lo interesante de esto es que se trata de una variación que no ha sido reportada en otras poblaciones y que incrementa el riesgo hasta nueve veces para desarrollar obesidad”.

De acuerdo con la investigadora, el detectar variantes genéticas como el haplotipo en el gen ADBR2 encontrado en pacientes mexicanos, que confieren un riesgo relativo tan alto para desarrollar una patología como la obesidad, es un hallazgo relevante que podría incidir a futuro en los modelos de manejo del padecimiento e incluso permitiría hacer un diagnóstico predictivo de la enfermedad.

Sobre la utilidad de este descubrimiento para la medicina actual, la especialista del Inmegen subrayó que este tipo de resultados aún no puede ser tomado como parámetro para afirmar que una persona padecerá obesidad, pues la presencia de una variante genética no es suficiente para el desarrollo de la enfermedad, sobre todo si se considera que el ser humano tiene alrededor de 25 mil genes, muchos de los cuales falta por estudiar. Además, en el desarrollo de la obesidad también influye de manera muy importante el medio ambiente, principalmente la alimentación y el sedentarismo, entre otros factores.

Para corroborar los resultados de su estudio, el equipo de científicos mexicanos que dirige la doctora Lorena Orozco, trabajará con especialistas de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, quienes de no encontrar la variante del gen ADRB2 en otras poblaciones fortalecerán la hipótesis de que se trata de una variante que afecta exclusivamente a la población mexicana. Algo que deberán ratificar los investigadores del Inmegen al estudiar los genes de un mayor número de individuos.

Sobre los otros 24 genes que también han evaluado los especialistas del Inmegen, mencionó que también encontraron variaciones asociadas a la obesidad en otros 7 de ellos; sin embargo, éstas elevan la susceptibilidad en una menor medida, cada una aumenta el riesgo de una y media a dos veces más.

El estudio para de los factores genéticos ligados a la obesidad se hizo en un grupo de 800 individuos, todos trabajadores del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), la mitad de ellos con algún grado de obesidad; la otra mitad era el grupo control: personas delgadas cuyos genes también fueron estudiados para establecer las diferencias con los genes de los obesos.

Con el objetivo de estudiar los genes de ambos grupos, se tomaron muestras de sangre, de donde se extrajo el ADN (ácido desoxirribonucleico) de cada uno de ellos.

La elección de los 25 genes analizados se hizo a partir de la función que cumplen. “Los elegimos porque participan en rutas o procesos de relevancia en la biología y fisiología de la obesidad, como la termogénesis (producción de calor por el metabolismo de las calorías), adipogénesis (producción de adipositos), lipólisis e litogénesis”, los dos últimos involucrados en la quema y producción de la grasa corporal, respectivamente. También analizarán genes relacionados con los mecanismos de saciedad.

El estudio, que inició hace año y medio, será completado con una segunda fase, en la cual se estudiarán 10 genes más. En la nueva muestra de genes por estudiar se encuentran algunos relacionados con el proceso de inflamación, “otro de los fenómenos que nos interesa porque está relacionada con la obesidad, pero la intención final del proyecto es hacer un escrutinio completo del genoma para conocer las diferencias genéticas entre individuos obesos y no obesos y de paso entender cómo interactúan los distintos genes para desencadenar la obesidad”, concluyó la especialista.

Fuente:TabascoHoy

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