Factores que determinan la absorción del hierro:
- Cantidad de hierro ingerido.
- Composición de la dieta.
- Capacidad de absorción.
El crecimiento del producto y la expansión del volumen sanguíneo materno demanda mayores requerimientos de hierro.
Las necesidades adicionales se satisfacen mediante:
- La movilización del hierro.
- EL aumento en la absorción intestinal del hierro.
Pérdida de hierro:
- Descamación intestinal.
- Descamación de la piel.
- Menstruación.
- Pérdidas en orina y sudor.
Para lograr un embarazo saludable, las mujeres necesitan más hierro del que poseen en las reservas del organismo y la cantidad de este elemento en la dieta es insuficiente, incluso, en los países desarrollados.
Se calcula que 4 de cada 10 embarazadas padecen anemia a nivel mundial. Para evitar esta situación, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades recomiendan una ingesta diaria de hierro de 30mg al día.
La gestación provoca cambios en el metabolismo del hierro y las necesidades de este elemento varìan en dependencia de la etapa del embarazo.
El hirro es indispensable para:
- Cubrir los requerimientos basales de la madre.
- Satisfacer las necesidades de la placenta y el crecimiento del feto.
- Aumentar la masa de glóbulos rojos maternos.
1er. Trimestre:
- Menor requerimiento de hierro en composición con el período pregestacional.
- Aumento de reservas de hierro ( en mujeres bien alimentadas).
2do Trimestre:
- Mayor volumen sanguíneo materno.
- Mayor expansión celular.
- Mayor requerimiento de hierro, casi de forma lineal hasta el final del embarazo.
- Menor reservas de hierro
- Mayor absorción intestinal.
3er Trimestre:
- Expansión celular en las últimas 5-10 semanas.
- Mayor eritropoyesis del bebé.
- Acumulación de hierro en placenta.
- Mayor absorción intestinal de hierro.
Hoy día se recomienda la suplementación con hierro antes y durante las primeras etapas del embarazo.
Los beneficios de la suplementación de hierro:
- Previene la anemia meterna.
- Complementa los requerimientos de hierro durante el embarazo.
- Reduce la incidencia de niños con bajo peso al nacer y la mortalidad perinatal.
- Evita la suceptibilidad a infecciones y los trastornos en el desarrollo cognitivo.
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