Según el DSM-V el trastorno autista se caracteriza por una deficiencia grave y generalizada de varias áreas del desarrollo: habilidades para la interacción social, la comunicación o la presencia de comportamientos, intereses y actividades estereotipadas.
En México no se cuenta con un registro del número de casos con esta alteración.
Los rasgos autistas persisten toda la vida del paciente, pero el pronóstico del trastorno varía de persona a persona y va desde mínimo o nulo mensaje y capacidades limitadas para la vida diaria, hasta el logro de grados universitarios y funcionamiento totalmente independiente.
Aunque el autismo refleja encefalopatía estática, esto no significa que sus manifestaciones clínicas no cambien con la maduración y que sean ajenas a las intervenciones terapéuticas, por el contrario, mientras más temprano sea el diagnóstico y las estrategias de tratamiento, mejor será el pronóstico final.
Es frecuente que los pacientes con autismo presenten otra patología, por ejemplo síndromes genéticos, epilepsia, depresión o trastornos de la atención con o sin hiperactividad.
Desde edad muy temprana, el niño puede tener dificultades al convivir con los demás, para mirar y comprender las miradas, para hacer entender las expresiones faciales, gestos o diferentes tonos de voz.
Los infantes con autismo presentan un tipo de comportamiento, interés y actividades que repiten de manera reiterada y estereotipada. Son frecuentes las fijaciones con diversos objetos, realizan rutinas, de manera exacta e idéntica cada vez, evitar que realicen las acciones los lleva a la desesperación, enojo y furia. Es común que los pacientes agiten sus manos, balanceen el cuerpo y caminen de puntillas.
El diagnóstico se establece sobre bases clínicas, pues actualmente no se cuenta con algún marcador biológico específico.
En relación al tratamiento, existen unas terapias específicas (ABA, RDI, Floor-time). Las herramientas existentes se dividen en farmacológicas y psicopedagógicas.
El manejo más aceptado es la terapia temprana, intensiva y mutimodal, que incluye terapia del lenguaje, estimulación sensorial, auditiva, visual y recreativa.
BIBLIOGRAFÍA
- AUTISMO. Psicólogo David Zielanowski. Prescripción Médica Año 38 Núm 454 Agosto 2015. Pág 11.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario