Uno de los factores clave al momento de determinar la presión arterial es la técnica de la medida. Cada paciente debe tener en su historia clínica la técnica más adecuada según sus características: presión casual en consulta, automedida domiciliaria (AMPA) o necesidad de monitorización ambulatoria durante 24 horas (MAPA). En la mayoría de pacientes, será necesaria la combinación de varias técnicas.
Las recientes gúias americanas (ACC/AHA 2013) sobre dislipidemias recomiendan el uso generalizado de las estatinas, dividiendo a los pacientes en cuatro grupos identificados como suceptibles de beneficiarse significativamente en relación al desarrollo de enfermedades cardiovasculares:
- Enfermedad cardiovascular (renal, cardiaca, cerebrovascular, vascular periférica).
- LDL-c mayor a 190 mg/dL.
- Pacientes con diabetes de 40 a 75 años de edad con LDL-c 70 a 189 mg/dL sin enfermedad cardiovascular.
- Pacientes sin diabetes ni enfermedad cardiovascular con LDL-c 70 a 189 mg/dL y estimación del riesho cardiovascular a 10 años mayor a 7.5%.
Las gúias de tratamiento de las ESC/EAS (European Society of Cardiology/European Atherosclerosis Society) recomiendan los siguientes objetivos de LDL-c en función del riesgo del paciente:
- En sujetos con riesgo moderado, el objetivo debería ser alcanzar un nivel de 115 mg/dL o inferior.
- En pacientes con riesgo elevado, el objetivo debería ser conseguir un nivl de 100 mg/dL o inferior.
- En los sujetos con mayor riesgo (los que presentan enfermedad cardiovascular o diabetes), el objetivo del tratamiento debe ser más estricto: nivel de colesterol LDL-c inferior a 70 mg/dL.
Factores de riesgo para desarrollar síndrome metabólico son:
- Circunferencia abdominal mayor 90 en hombre y mayor a 80 en mujeres.
- Presión arterial sistólica mayor a 130 mmHg y presión arterial diastólica mayor a 85 mmHg.
- Nivel de triglicéridos mayor a 150 mg/dL.
- Nivel de glucemia basal mayor a 100 mg/dL.
- Nivel de colesterol HDL de 39 mg/dL o inferior en hombres (el equivalente en mujeres es cerca de 30% mayor).
La mayoría de los pacientes con diabetes desconocen su cifra de hemoglobina glucosilada e incluso qué es. Resulta de gran utilidad, dentro de las actividades y educación diabetológica, informar sobre este parámetro metabólico y su utilidad en la monitorización del control glucémico.
DIABETES EN EL ANCIANO: Las recomendaciones generales para los pacientes deben individualizarse en el caso del anciano y considerar una serie de factores biológicos, clínicos, farmacológicos, entre otros que facilitarán que el paciente estrella anciano mejore su calidad de vida y evite presentar efectos secundarios potencialmente graves.
Tener acceso rápido a las pruebas de dependencia física (Fageström) y psíquica (Glovers-Nilsson) así como la prueba de motivación (Richmond) resulta muy útil para comentarlo con el fumador y detectar el momento más adecuado para iniciar el tratamiento para el cese del hábito.
Paciente estrella:
- En general, se emplea la MDRD-4 /TFG por encima de 60 ml/min/1.73 m2).
- La fórmula CKD-EPI es más precisa en pacientes con TFG mayor de 60 ml/mim, sobre todo en mujeres jóvenes.
- Imprescindible medir de forma simultánea albuminuria para el diagnóstico de ERC.
- Las principales limitaciones de las fórmulas son que precisan individualización de cada paciente y que son estimaciones de la TFG.
Con frecuencia, los pacientes necesitan un gran nivel de apoyo para conseguir perder peso. En muchos países, los servicios de salud pública emiten mensajes claros y potentes en relación a esta cuestión y aún así, las personas continúan incluyendo en su dieta tipos de alimentos inadecuados y comiendo en exceso. Es necesario tener en cuenta que si perder peso fuese fácil, los pacientes no necesitarían el consejo de los médicos para conseguirlo. En muchos casos, el simple hecho de ser escuchados en si mismo es benéfico para los pacientes y sería recomendable adoptar una actitud paciente porque es probable que no se aprecien resultados notables hasta pasados varios meses de dedicación.
Existen muchos factores que pueden incrementar el riesgo de enfermedad cardiovascular, la mayoría de ellos modificables gracias a la intervención médica o a los cambios en el estilo de vida. Es importante que los profesionales de la salud tengan en cuenta que en muchos casos los factores de riesgo tienden en presentarse en conjunto. El momento del diagnóstico es un punto crucial en el que puede aumentarse la motivación de los pacientes para seguir las recomendaciones del médico sobre mejorar su estilo de vida.
BIBLIOGRAFÍA
- RIESGO CARDIOVASCULAR. Guía para mejorar el tratamiento y mantener el apego al tratamiento. Michael Kirby. Global Medical Communication. Edición en español 2015. ISBN: 978-1-907418-21-1.
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