La tecnología de ingeniería genética utiliza receptores de zinc para eliminar un gen específico del embrión de los roedores, de forma que estos nacen con predisposición a sufrir un determinado mal. La mutación es permanente y hereditaria. Algo así ya se había logrado en animales como la mosca de la fruta o el pez cebra, pero es la primera vez que se ha conseguido en mamíferos, en este caso ratas, mucho más parecidas a los seres humanos.
El equipo, en el que participan investigadores del Medical College of Wisconsin en Milwaukee y diferentes corporaciones científicas y biotecnológicas, creen que estas cobayas transgénicas son perfectas para estudiar diferentes enfermedades, ya que el 90% de los 25.000 ó 30.000 genes que se estima tiene uno de estos ratones son análogos a los del ser humano. La nueva técnica incrementará la utilidad de las ratas de laboratorio en la investigación de la fisiología, endocrinología, neurología, metabolismo, la infección por parásitos, el crecimiento e incluso el cáncer. También favorecerá el entendimiento del desarrollo de la hipertensión, las enfermedades del corazón y los fallos hepáticos, y podrá ser un buen modelo para estudios de drogas o medicamentos.
Los investigadores creen que esta técnica permitirá crear nuevas generaciones de animales de laboratorio de forma más rápida sin tener que recurrir a «engorrosos» experimentos como la clonación y el uso de células madre embrionarias. El estudio se publica esta semana en la revista Science.
Por:Judith de Jorge
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